Enséñame a amar.

 No nos enamoramos de quién queremos sino de quién el corazón nos obliga, no piensa la cabeza sino que es el alma quién respira. Y quién no admira los sentimientos que surgen y resurgen por un túnel que sin luces no avisa de cuando llega el tren.

 En este Edén yo celebré el darme cuenta que no amo a quién me gusta sino a quién el corazón me llena. Porque si esta noche estás conmigo la luna no será la más bella, y me da igual si llueve o nieva, que mi princesa no pasará frío.

 Un río que silbando agua lleva, cada sonido que su corriente profiera rimará con los versos de este poeta, que en la noche plena escribe a tu reflejo y a tu destello a la luz de las velas.

R.I.P. Megaupload.

 Hace escasas horas que se hizo oficial algo que se esperaba de hace un tiempo. Los yankees se han cargado Megaupload, el mayor portal de descargas en Internet. Desde que apareció el rumor de la Ley SOPA lanzada por los legisladores estadounidenses, un escalofrío apareció en todo aquel que hace de la red su verdadera fuente de información y difusión de ideas. Una ley, que al igual que la "españolizada" Ley Sinde, amenaza la libertad individual en la red.

 ¿Os imagináis un control gubernamental en la red? Todos sabemos que tanto radio, como prensa escrita y televisión están compradas por los gobiernos, por lo menos la gran mayoría. Internet se convirtió, mas allá de un enganche insano como nuestros padres lo conocen, el único medio fiable por la gran información que existe, de todos los colores, y que se puede contrastar y quedarte con la que te parezca más cierta. En los anteriores medios no existe esto.

 Esta semana surgió también la noticia de que en China se comenzaría a pedir identificación real (nombre y apellidos, nada de motes o apodos) a la hora de participar en la red. Y esto es sólo el comienzo amigos. Controlar la piratería a través de Internet no es más que una excusa para tener controlado todo aquello que sea publicado. Si esto avanza, la LIBERTAD en la red, de las pocas libertades reales que quedan, se va al garete. Y entonces, pocas cosas nos van a quedar.

 Google, Facebook, Wikipedia etc ya han declarado la guerra a esta ley. El FBI es el responsable del cierre de Megaupload. La cosa es tal que cualquier enlace que tú publiques, por ejemplo, en Facebook, y lo digo por este mi blog, suma una cantidad enorme de visitas desde Yankeelandia. Sinceramente, creo que este hecho que hoy con el cierre de Megaupload ha comenzado, es el principio de una guerra cibernética sin cuartel. Quién no comprenda la gravedad del asunto, pronto se dará cuenta. Hoy comienza una guerra, pronto los hackers más poderosos harán acto de presencia como respuesta a esto. Expect them.


Paz... o mejor dicho, Guerra!

Mi frustración y mi esperanza.

 Me siento frustrado. Mi boca habla y mi pluma escribe, pero... ¿qué hago realmente? Denuncio aquello que no me parece justo, ¿pero soluciono algo? Hablo de un mundo de utopía, ¿pero estoy cambiando la realidad? Me siento como quien construye un castillo de arena que la mar destruye. Espuma de realidad que deshace mis sueños. Mi hombro, siempre dispuesto a arrimar, no arrima. Remango mi camisa pero... ¿a quién ayudo?

 Me siento frustrado. Hasta que no haga algo grande por mi sociedad, creo que no saciaré mi sed por cambiar las cosas. Aun dependo de mi familia económicamente, por tanto mis limosnas no pueden pasar de meros céntimos.

 Me siento frustrado. ¿Qué puedo hacer? De momento, me resigno a escribir, con mucho gusto. Pero pienso... quizás ya esté haciendo algo. Quizás haya alguien detrás de esa pantalla, una sola persona, o quizás dos, o tres, que haga algo más que leer lo que escribo. Quizás le haga pensar. Quizás pueda transmitirles mis ganas de cambiar el mundo. Quizás duden de lo que yo dudo. Quizás les transmita amor, quizás les transmita guerra.

 Y si no soy yo el que haga algo, quizás sea una de esas personas que leen lo que escribo la que lo haga. Y eso convertirá lo que escribo en un motivo de orgullo. Convertirá lo que escribo en la gota que colma el vaso de la impaciencia, del ver injusticias que no cesan y ante las que nos cruzamos de brazos.

 Y entonces, entonces sí, mi sed se habrá saciado. Podré morir en paz.


 Paz!

Cuando un hermano se va...

 Nadie es inmortal. Desgraciadamente, a toda persona le llega su fin, y junto a los latidos de su corazón, la Muerte arrastra el sufrimiento de otras personas, las personas que amaban al desaparecido. Las grandes pérdidas nos provocan un dolor que empaña nuestra vida y nos impide ver el resto de cosas buenas que nos quedan por vivir. El tiempo se para; los años, los meses, las semanas, los días, no avanzan porque nuestra cabeza vive del pasado. Nos ahogamos en un océano de recuerdos sin fin. Las nubes ocultan el sol, y una extraña niebla nos impide vislumbrar a quiénes nos ofrecen un hombro para llorar. Las sonrisas mueren, la primavera muere.

 Impasibles, tomamos asiento en el vagón de un tren sin rumbo, un tren sin ventanillas del que la muerte misma desconoce el destino. A nuestra izquierda, Nostalgia toma asiento. A la derecha, Tristeza observa absorta la pared. Y enfrente, enfrente, enfrente nada, pues la neblina nos impide mirar hacia adelante.

 Paz!