miércoles, 20 de julio de 2011

Amor.

 Tras demasiado tiempo sin escribir, hoy retomo esto. Mi "parálisis" se debió al amor. Un rostro se instaló en mi cabeza. Un aroma inconfundible en mi olfato. Un corazón más en mi pecho. No fue una relación excesivamente larga, pero sí intensa. Nunca había sentido lo mismo por ninguna chica. Y sí, definitivamente comprobé que el amor te vuelve gilipollas. Vives pendiente de una sola persona y lo demás se vuelve secundario, carece de importancia. Dejas de escribir, detienes la lectura de ese libro tan interesante que te prestaron, olvidas a tus hermanos... y a veces se come tu orgullo, tu amor propio. Eres capaz de perdonar cualquier cosa por no romper tu vínculo con esa persona. Tus amigos te golpean, te preguntan: "¿Pero qué te pasa?¿Es que no te das cuenta?". Pero nada importa. La quieres junto a ti. Se llama amor.

 Pero el amor no es como en los cuentos. Rara vez dos personas cuyos labios se rozan están hechas la una para la otra. Siempre hay alguien más. Y aparecen desequilibrios, desajustes. La ilusión de uno es mayor que la de la otra persona. Aparece entonces la presión. Uno de los dos se sentirá presionado por no ser capaz de dar el mismo amor que el otro le da. Podría parecer una tontería, pero así quiebran millones de relaciones.

 Ahora es cuando siento la cabeza, aprecio lo realmente importante, y lo pongo en práctica. No voy a perder mi tiempo obsesionándome con nadie. Estuvo bien mientras duró. Pero se terminó y no podemos hacer nada. Siempre algo bueno llega a quién lo sabe esperar. No me arrepiento de la aventura, pero no voy a llorar. Que cuando un amor se marcha, otro amor vendrá.

 Siento aburriros con mis historias personales, pero como siempre digo, este humilde escritor escribe con el corazón. El corazón es sincero, y es lo que hay. Sin querer perderte como mi amiga, paso página. Espero no tener que volver a hablar de amor en mi blog en mucho tiempo.

 Sólo puedo darte las gracias. Tu nombre siempre estará escrito en las paredes de mi corazón. Gracias a quién leyó esto, pues vosotros le dais vida a este blog.

Paz!