Elegí ser preso del barco que gobierno. Deseo, el viento.
Remos de sentimiento. El corazón, mi timón. Me prometí ser fiel a mi lema de
pirata, pero hay circunstancias personas especiales.
Estás tú, y sin dejar de estar yo, estás en mí. Te quise
hacer mi Luna, y sin dejar de ser mi satélite, dejé de aullarte. No así de
contemplarte. Dejé de ver el blanco de tus ojos; no así los átomos que mueves a
cada movimiento.
Hoy el cielo está nublado y no veo tu sonrisa. Anclo y bajo
a la orilla, caminando con los remos en tierra. ¿Alguna vez te has planteado
bajar del barco para despejar el cielo?