sábado, 27 de abril de 2013

Bajar del barco


Elegí ser preso del barco que gobierno. Deseo, el viento. Remos de sentimiento. El corazón, mi timón. Me prometí ser fiel a mi lema de pirata, pero hay circunstancias personas especiales.

Estás tú, y sin dejar de estar yo, estás en mí. Te quise hacer mi Luna, y sin dejar de ser mi satélite, dejé de aullarte. No así de contemplarte. Dejé de ver el blanco de tus ojos; no así los átomos que mueves a cada movimiento.

Hoy el cielo está nublado y no veo tu sonrisa. Anclo y bajo a la orilla, caminando con los remos en tierra. ¿Alguna vez te has planteado bajar del barco para despejar el cielo?