El ego siempre estará servido. Siempre será un tema de polémica en la sociedad, sobre todo en los círculos más íntimos. Pero… ¿qué es el ego? Mucho debate existe en torno al término, quizás más en la antigüedad en temas de filosofía y psicología, pero ciertamente, aún siguen existiendo contradicciones.
En mi opinión, el ego es un concepto espiritual referido al “yo”. Consiste en saber quién se es. Saber que nadie va a pasar por encima de ti. Tener dignidad por ti mismo. ¿Vas a pisotearme? Tendrás que matarme antes. Por supuesto, también afecta a nuestras pautas de comportamiento.
Tachemos falsas referencias sobre el ego. Tener ego no es creerse mejor que nadie. Tener ego significa creer que nadie vale más que tú. Quién tiene ego tiene un espíritu combativo. Nadie me va a imponer nada así porque sí. Quién posee ego se opone a religiones que predican la adoración y el arrodillarse ante una figura divina. Quién posee ego combate las monarquías que funcionan con herencia, sólo por nacer hijo de hijo de alguien tener una vida solucionada. Es el espíritu del ego.
Pero posiblemente la consecuencia de tener ego signifique la confianza en uno mismo. Una confianza que viene del trabajo de uno mismo. Un optimismo que te hace saltar el centímetro que necesitas para pasar la valla. Confianza en uno mismo y en su trabajo. ¿Es complicado conseguir el objetivo? Trabajaré el doble si es necesario, pero lo conseguiré. Confío en mis posibilidades. Por eso se puede definir también el ego como una coraza ante la adversidad.
Pero claro, como todo en la vida, el ego tiene un lado oscuro. De ahí surgen los términos “egoísmo” y “egocentrismo”. Son extremos exagerados del ego, que esta vez sí hacen referencia al ya citado creerse mejor que nadie. Y llevarlo a un extremo alejado de lo normal. Esta exageración siempre es mala porque deja de ser un sentimiento propio para convertirse en una conducta que afecta a nuestro círculo de conocidos y no tan conocidos.
Pero, haciendo balance, el ego siempre va a ser positivo. No voy a repetirlo, las razones ya están resumidas. Mas todos los extremos son negativos, obviamente. Por cierto, o se nace con ego o no se tiene ego. Y no se puede presumir de ego. El ego es algo que tienes, y no se lleva como un anillo caro. Es un rasgo de personalidad.
¿Y tú? ¿Sabes qué es el ego? ¿Cuál es tu postura respecto a él? Ya conocéis la mía.
Paz!