domingo, 28 de agosto de 2011

Bullying.

 Cada día nos levantamos por la mañana y al encender el televisor podemos observar la cantidad de desgracias que suceden cada día en el mundo. Últimamente, Irene sembrando el caos en Estados Unidos. Un horror. Pero... cada día, ante nuestros propios ojos, ocurren otras pequeñas tragedias de las que a menudo no queremos darnos cuenta. Pasan frente a nuestras pupilas, y casi siempre pensamos: "Bah, son unos críos. Se les pasará". Hablamos de bullying.

 Bullying es un término inglés que hace referencia al acoso escolar. Un acoso escolar que bien es cierto que en la  gran mayoría aparece en la época de la Primaria cuando los niños son inmaduros aún y al tiempo suele desaparecer este acoso. Pero no menos cierto es lo continuo de este acoso y lo doloroso que llega a ser.

 La mayor parte de los acosos "bullying" aparecen cuando un niño entra como nuevo en una escuela, o en una clase. El resto de componentes de la clase se conoce a la perfección, no diré que se respetan entre ellos, pero se conocen. Estos a su vez observan con curiosidad al niño nuevo. En estas edades, la timidez puede con la hospitalidad, y al niño le cuesta entrar en contacto con el resto de compañeros. Es entonces cuando, como en todas las clases, hay un niñato cuya prepotencia de nacimiento le hace imponerse al resto y no solo eso sino rodearse y protegerse las espaldas con dos o tres más cobardes. Juntos forman una pequeña "banda" que busca otros chicos a los que humillar. Y que objetivo más fácil que un niño nuevo, solitario, miedoso y tímido, ¿no?. Ahí empieza el bullying. Emboscadas en las esquinas de los pasillos, humillaciones en los cuartos de baño, robos de merienda y material de clase, insultos, y puede llegar a la agresión, en ocasiones en público que utiliza la pandilla para demostrar su superioridad. Lamentable, realmente lamentable.

 ¿La forma de solucionarlo? Muchos, entre ellos los mismos directores y profesores, optan por regularlo pero  sabiendo que sólo el tiempo y la madurez frenará estos ataques. En mi opinión, es necesario actuar fuerte para frenar el bullying. Cuanto antes mejor. Puede suponer un fuerte trauma al niño incluso convertirlo en antisocial. Puede ocasionarle miedo a la gente.

 Y esto que he descrito, amigos, todos y cada uno de nosotros lo hemos visto ante nuestros ojos. Algunos, lo hemos sufrido en nuestras carnes. Por ese motivo, porque todos conocemos estos sucesos, hoy lo denuncio. Actuemos contra estos hechos. No te unas a la mayoría que acosa, únete al marginado que sufre. Le importarás mucho más al marginado que al acosador y su panda.

Paz!


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