sábado, 21 de enero de 2012

Enséñame a amar.

 No nos enamoramos de quién queremos sino de quién el corazón nos obliga, no piensa la cabeza sino que es el alma quién respira. Y quién no admira los sentimientos que surgen y resurgen por un túnel que sin luces no avisa de cuando llega el tren.

 En este Edén yo celebré el darme cuenta que no amo a quién me gusta sino a quién el corazón me llena. Porque si esta noche estás conmigo la luna no será la más bella, y me da igual si llueve o nieva, que mi princesa no pasará frío.

 Un río que silbando agua lleva, cada sonido que su corriente profiera rimará con los versos de este poeta, que en la noche plena escribe a tu reflejo y a tu destello a la luz de las velas.

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