domingo, 3 de junio de 2012

Cuando una estrella fugaz te atrapa.

 Como nunca supe cómo ni cuándo llegaste, aún no sé qué habitación será la tuya. Lo que sí sé, es que quiero que esté cerca de la mía. Porque siendo egoísta, te quiero para mí.

 Siendo egoísta pero respetándote, porque lejos de ser un capricho, te reconozco como lo más especial que ha pasado por mi vida. Soy esclavo de esa inocencia que me deja hechizado. Amando la improvisación y maldiciendo lo imprevisto de mis sentimientos por ti. Porque te necesito más de lo que tú me necesitas a mí.

 Sólo sé que quiero respirar tu mismo aire, unidos siempre por el cariño y no por el amor que sólo parece hoy día, ya que tu aire me hace feliz y no sólo eso, sino que también me da la vida. Porque sólo si es así te deseo libre, y si no, te castigo a las cadenas de mi mala cabeza.

 Cuánto más dulce es tu tacto, más fuerte me siento, y menos dependencia ejerces sobre mí. Tan sólo cuando debo imaginarte más se aviva la llama de mi corazón y se derrite la ya de por sí frágil coraza de hielo que lo cubre.

 Quizás no seas real. Quizás aún no haya sabido entenderte. Sólo son sensaciones.


Paz!

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