martes, 29 de mayo de 2012

Cielo y abismo.

Ya estoy aquí, al borde del abismo.
Es de coraje que uno mismo elija venir.
Pero ahora, ¿tendré el valor suficiente de arrojarme al vacío?

Muchos años, muchos mese, muchos días, son ya pasado y nada ha cambiado, por tanto hoy acudo aquí, al único lugar donde muerte y vida se dan la mano cerrando el pacto donde se acuerda si estás vivo o estás muerto. Aquí no hay excusas, pues al borde del precipicio, ¿de qué valen? Sólo tienes tiempo de demostrar quién eres, qué fuiste y qué puedes ser.

Me planteo, si todo lo que hago tiene un fin, si sirve de algo, o si por el contrario nada hago y pierdo el tiempo. Me planteo si de verdad soy un tipo honesto, pues sacrifico mi presente, mi tiempo con la familia, por un futuro justo sin miedo ni envidia. La vida es un trivial que te engaña y pone el cartel de entrada donde está la salida. ¿Qué imaginas? ¿De verdad crees que las cosas son como las ves? No tienes más que mirar alrededor con un ojo crítico y observar la mentira que reina en oficinas con mucho papel y poco sentimiento, donde se firma y los valores quedan dentro. Donde no se escucha el llanto de los niños sino los silbidos de dólares y euros, y aunque moriré sin saber si esto antes era un cielo, hoy sé que Don Dinero mueve más montañas que Cupido. Bien sabes que he escupido tras soltar esto. Desentierro mi puñal y lucho a corazón abierto por el final de esta pesadilla que te pone de rodillas sin dignidad y tragando saliva.

"Pero este es el mundo que el ser humano ha creado con sus manos, unos por creerse Dios y otros por renunciar a su condición de hombres por él. De lo que pasa, nada fue por azar. Ni el azahar calmará la gama de furia que cada vez más fluirá en mi interior. Un volcán en erupción y no seré yo quién lo pare, cuando llegue el momento el alma que descansa dentro hará que el pecho estalle. En ese momento se verá si el cemento es capaz de parar los pies de quién no calle."

Pero sigo acorralado, ahogado. Cada vez menos oxígeno, más presión en mi tímpano y mi hígado entre el precipicio y la pared. Miedo quiere volar mi decisión, pero no me intimida. Sigilosa, Angustia rodea mi gaznate cual serpiente, pero no me domina. La decisión de venir la tomé yo y seré yo quién decida cómo saldré. De momento, falsos espejismos se derritieron como hielo, mientras que la niebla de la mentira va dando paso a lo cierto. El cielo cada vez más abierto, y el horizonte, ya no tan lejos. Ya no me arrepiento. El abismo me mira oscuro, pero más oscuro sé que será el futuro si me atemorizo. Mi vello se erizó, pero estoy tranquilo. Se que mi destino valdrá la pena. Que la guerra de la conciencia provocará heridas, pero sangre apenas. Que mi lápiz y mi voz causarán fervor en el enjambre. Que la vida es un alambre, pero yo, un trapecista. Que un liricista podrá pasar hambre, pero morirá tranquilo asegurando que no se achantó. Que seguirá fiel a su libreta, aunque otros agarren el Kalashnikov.

"Pero este es el mundo que el ser humano ha creado con sus manos, unos por creerse Dios y otros por renunciar a su condición de hombres por él. De lo que pasa, nada fue por azar. Ni el azahar calmará la gama de furia que cada vez más fluirá en mi interior. Un volcán en erupción y no seré yo quién lo pare, cuando llegue el momento el alma que descansa dentro hará que el pecho estalle. En ese momento se verá si el cemento es capaz de parar los pies de quién no calle."

Ahora no me preocupa el precipicio, sólo el giro que mi vida aceptó...



Paz!

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