domingo, 11 de diciembre de 2011

Sigues en mi.

 El final de nuestra relación fue decepcionante.
 En poco tiempo, emociones grandes.
 Pasos hacia atrás, pasos hacia adelante.
 Todo terminó, como todo se termina.
 Te hice mi vida y me sentí indefenso.
 Aun así, me juré que nuestra amistad perduraría.

 Volví a equivocarme, como de costumbre.
 "El anhelo por besarte me consume".
 Temiendo a Indiferencia, sucumbí a Razón,
 dejando que fuese el tiempo quien apagase mi corazón.

 Sobreviví protegido por mi escudo acorazado
 de cerveza y amigos,
 intentando convencerme a mi mismo
 de que ya te había olvidado.

 "No la necesito, no la echo de menos".
 No aceptaba que esta sensación la producía el miedo.
 Eres droga que controla mi cuerpo.

 Solo te pido más tiempo,
 para volver a ser lo que fuimos.
 Se acerca el momento;
 volveremos a estar unidos.

 Así que te pido perdón,
 si mi rechazo te hizo daño.
 Que no, que no,
 que no existe enfado.

 Nuestra amistad es un gigante
 que permanece dormido.
 Porque sigues en mi, no en el olvido,
y todo puede volver a ser como antes.



Paz!

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