Fieles a mi palabra, hoy os presento formalmente a mi pareja. Declaro ante todos ustedes mi amor por un concepto, mi amor por lo abstracto. Pero... ¿qué es lo abstracto? La gran mayoría conocerá este término por el arte. El arte abstracto es aquel que huye de la imitación de otra forma ya concebida. En sus expresiones, no representan a ningún "algo". No hay una forma, un cuerpo determinado en el arte abstracto. Un arte que no representa cuerpos, sino ideas. Un arte que no expresa acciones, sino sentimientos. Un arte puro.
Tiene relación, pero no es exactamente de lo que vengo a hablaros. Vengo a hablaros de lo abstracto no como expresión, sino como tema de inspiración. De amor por lo que se entiende por abstracto. Amor por lo abstracto cuando lo abstracto es lo no material. Porque lo material siempre muere. Todo lo material se pudre. Lo pudre el aire, lo matamos nosotros. De una forma o de otra, lo material muere. Pero para lo material la muerte supone un alivio, pues antes de morir ha pasado de moda y queda en el olvido. Lo material muere en la soledad. Todo lo material tiene un substituto.
Mas no lo abstracto. Porque una idea siempre tendrá vida. En la cabeza de uno, o de otro. En mi cabeza, o en la tuya. Una idea no muere, se transmite. Un concepto siempre se mantendrá vivo. Lo abstracto, es el cigarro que no se apaga bajo la lluvia. Ser abstracto es ser inmortal. Un yogur que no caduca. Navegar a través de los siglos, siendo interpretado de formas distintas, pero estando ahí, que es lo importante. De ahí mi amor por lo abstracto.
No hay chuchería más dulce que inspirarse con conceptos abstractos. Un reto apasionante. Que te enamora conforme desarrollas el arte. Escultura, pintura... o en mi caso escritura. Un torbellino de ideas que no cesan, pero que te sumergen, te sumergen... y amenazan con ahogarte. Así podría definir lo abstracto y lo que significa para mí. La fuente de mis ideas más valiosas. Abstracto. Mi fuente de ideas. Y aún no me ahogo...
Paz!
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