El pueblo ha comenzado, cuanto menos, a dudar seriamente de sus gobernantes. Los crecientes problemas económicos no pueden ser casuales. Que los de abajo paguen la crisis de los de arriba no puede ser consentido.
El pueblo, poco a poco, va alzando su puño declarando una guerra al poder. Sabemos que esta guerra empieza en las calles. En España, el movimiento es pacífico, y precisamente por esto no tiene más adeptos. ¡Cuánta gente esperando en su casa a que el fuego aparezca! Estas personas se ríen del 15M considerando que el Gobierno se mofa de sus marchas y sus sentadas. Quieren una insurrección armada, y la quieren ya.
En Grecia, el fuego no se hizo esperar dada la situación insostenible del país y a la poca consideración de sus políticos. Sin embargo, mi pregunta es: "¿Y tras el fuego, qué?" ¿Qué? Porque prender fuego a la Moncloa es relativamente sencillo si dispones de lo necesario, pero... ¿quién toma las riendas luego? ¿Quién será el valiente de corazón puro que de el primer paso? Destruir es sencillo, lo complicado es crear un mañana.
Y ojo, yo defiendo la insurrección. La destrucción del sistema actual es necesaria. Fuego debe aparecer. Pero no ahora. No, definitivamente no estamos preparados. A los críticos con el 15M les propongo una pregunta: ¿Alguien imaginaba el éxito del movimiento al crearse éste? Ni Democracia Real Ya imaginaba a todos esos miles de personas que han tenido el coraje suficiente de levantar y hacer funcionar una pequeña ciudad en cada plaza que se ha ocupado. Nadie imaginaba hace 365 días que el 15M sería lo que es hoy, pues, pese a su señalado carácter apartidista, se ha convertido en una fuerza política a la que, para bien o para mal, los medios tienen en cuenta. El cruce de miradas entre aquellos locos solitarios que han descubierto que ni están locos, ni están solos, tiene un valor incalculable. El aura de esperanza que levanta esta marea de indignación era impensable.
Por mucho que a muchos fachas les reviente o les haga reír, el 15M ha movido, mueve, y moverá muchas conciencias. Es un recién nacido que será un titán. Si, como parece, la crisis continúa tan devastadora, el cambio (que no el que prometió Rajoy y que es el mismo pan seco de ayer) será natural. Cada vez más intelectuales apoyarán el cambio. Nuevos intelectuales darán a conocer su talento. Un talento por y para el pueblo, pues de no ser así, no tendrían sitio en el movimiento.
Aún no. Ahora es cuando hay que ser pacientes. Aunque sea desafortunado, esta vez el tiempo corre a nuestro favor. Porque arriba están deseando nuestra violencia para poner al pueblo en nuestro contra. Estaremos preparados. Sabremos construir un futuro nuevo. Y Fuego brindará en la Moncloa.
Paz!
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