Gira mi
Yo y con él tu universo, el vuestro, el de ellos, el de los que no ven más allá
de la carne y el hueso. Bucle atemporal de devastadores pensamientos,
sentimientos y percepciones. Un huracán que generan mi cabeza y mi pecho; por
momentos con la misma intensidad ambos, por momento se desequilibra la balanza.
No
sabrás si temer más a la locura de mi cabeza o al ardor de mi pecho. Puedo
hundirte en las más oscuras tinieblas o hacerte arder en un abrazo de fuego. Y
todo depende de donde caiga mi costado. Como una peonza.
Como una
peonza de paso por este mundo que me mira loco; mas desconocen con qué mirada
lo concibo yo. Depende de dónde deje de girar, puedo salvar el mundo, dejarme
conocer, dar sentido a la existencia… o puedo retirarme a mi cueva, a
descansar. Solo. Porque solo encuentro la paz, que es mi guerra interna,
aislado de todos vosotros.
Y todo
depende dónde caiga mi costado. Como una peonza.
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