Hoy os hablaré de la profesión a la cual me gustaría dedicarme: periodista. Sí, periodista. Muchos dirán que no se puede vivir del periodismo. No tiene por qué ser así. O que hay mucha demanda y poca oferta. A lo que contesto que quién es bueno, llega. Pero bueno, estoy acostumbrado a que me miren con cara rara. Incluso mi madre arruga el gesto cuando le muestro mi convencimiento. -"Mamá, quiero ser periodista". -"Hijo, periodista está bien... pero... tú puedes ser más, director de empresa o abogado...". No comprenden en qué consiste el periodismo real, por lo tanto no pueden comprender mi amor por él.
Pero en los tiempos en los que vivimos, la profesión del periodista se ha devaluado muchísimo. Hoy en día la gente entiende por periodista a prensa del corazón que entrevista automóviles, y no sólo eso, sino que esperan una respuesta y se muestran sorprendidos cuando esta no llega, o bien piensan que periodistas son los Manolos. No. Quizás el periodista se ha devaluado también por la imposición de ideologías en prensa y televisión. Quizás. Y esto último sí es para indignarse e irse a Sol, porque el creador que ve manipulada su creación o bien siente presión para expresar ciertos principios ideológicos en su trabajo, deja de ser creador para convertirse en martillo o destornillador, una herramienta sostenida por una mano con mayor poder.
Pero no, esto no cesará mi interés. Lo que yo daría por poder proporcionar a mi familia una vida digna a raíz de mi escritura, de mi creación. Sería lo máximo para mí. Vivir de lo que escribo. Es mi sueño. Pero volviendo al tema central, el verdadero periodista se encuentra en una posición vulnerable. Quién crea, se expone. Y cuando digo que se expone, se expone a todo tipo de riesgos. Por poner un ejemplo, los periodistas de guerra. Una profesión a la que admiro profundamente, la cual exige un valor impresionante. Un ejemplo, Tim Hetherington ( podéis informaros de su obra en el documental Restrepo), el cual ha estado presente en numerosos conflictos bélicos internacionales denunciando las barbaridades de las guerras. Falleció asesinado por un grupo pro- Gadafi en Libia. Más recientemente, Shehla Masood, una periodista india defensora de los derechos humanos, asesinada por su activismo. Este es el periodismo ejemplar en el que deberíamos fijarnos todos. La escritura tiene la capacidad de denunciar, al igual que la fotografía.
Por lo tanto, mi gran sueño, es ser periodista. Escribir actualidad, expresar mis sentimientos, informar a todo el mundo apoyado por la veracidad que me proporcionará contrastar información a través de viajes por todo el mundo. ¿Un sueño? Sí. ¿Una realidad? Esta noche no dormiré para soñarlo, porque trabajaré para vivirlo. Por lo tanto, escépticos, madre, padre, familia. Lo siento, mi objetivo es ser periodista. Pero de los de verdad, ¿eh?
Paz!
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